La gestión pesquera

Se espera que, antes de entrar en propuestas promocionales de la pesquería se realice un estudio que permita determinar cuáles serían las especies objetivo, cuál el volumen de su biomasa, cuáles serían los períodos de vedas reproductivas, cuál sería el efecto ecosistémico de su explotación, para llegar a determinar una tasa anual de captura por especie. De esta información se deriva la capacidad de bodega que debería tener una flota con intención de incursionar en la actividad extractiva, la cuota anual de extracción, las cuotas individuales a asignar y los períodos de pesca. Solo entonces podríamos pretender introducir mayor esfuerzo pesquero sobre el ecosistema marino de Humboldt.

26 de agosto de 2006

La influencia de los Medios



LA INFLUENCIA DE LOS MEDIOS

La entrevista que Cecilia Valenzuela realizo a Agustín Figueroa el día miércoles 23 de agosto del 2006 en La Ventana Indiscreta, parte de la cual transcribo a continuación, deja la impresión de que falta conocimiento de la realidad del sector.
quote
Figueroa sostiene que no firmar acuerdos comerciales sería una “salvajada”
agenciaperu.com
El analista político Agustín Figueroa manifestó en el programa La Ventana Indiscreta que el Perú tiene que integrarse comercialmente con sus vecinos para negociar acuerdos más fructíferos, como con el mercado común asiático.

“Dado que los anteriores gobiernos le dieron demasiadas facilidades a los mineros, ahora ellos tienen legalmente el derecho de ganar más con las utilidades producidas por los precios más altos. Entonces, acá hay un llamado a la justicia distributiva (…) Yo confío mucho en que mañana nos va a dar una sorpresa positiva Del Castillo en ese sentido y que los mineros van a entender que esto no es un aporte, sino una contribución a la distribución justa de la riqueza en el Perú (…) En términos generales, aquellos que están recibiendo utilidades extraordinarias en el Perú ahora deben tener una mayor participación en este proceso (…) La justicia distributiva podría darse mejor si se dedicara una parte de la pesca al consumo humano. La anchoveta es mejor que la sardina, pero hay que ver como se puede consumir fresca y que esas empresas se dediquen más a eso. Por ahí creo que está la participación de los pesqueros”, expresó.
unquote

El sr. Figueroa tiene información relativa sobre el sector pesquero, pero emite opinión como la anteriormente citada. La entrevistadora, Cecilia Valenzuela, no realiza mayor comentario, y finalmente el país, por lo menos la parte del país que ve dicho programa, se queda con la sensación de que la pesca en el Perú, mayormente no tiene como tema de agenda una mayor contribución con el país derivada de la explotación de recursos naturales renovables como es la pesca. Induce a pensar que con destinar más anchoveta para el CHD es suficiente o bastante. No hay más problema con impuestos, derechos de pesca, sobrepesca, etc. Esos conceptos de mayor aporte parecieran ser válidos solo para las mineras.

El problema es que el público puede realmente creer todo lo que se le dice, y que algunos periodistas opinan ligeramente sobre temas que no conocen a profundidad. Como en el caso descrito. Y se induce a la opinión pública a tomar conceptos equivocados, incompletos o inexactos, como expresión de una verdad.

24 de agosto de 2006

Las cifras del primer semestre 2006

LAS CIFRAS DEL PRIMER SEMESTRE 2006


De acuerdo al boletín correspondiente a Junio, emitido por Produce, las cifras del primer semestre son las siguientes:

ANCHOVETA
Desembarque total: 3,702,550tm
Desembarque para harina 3,683,767 tm
Desembarque para enlatados 14,705 tm
Desembarque para congelados 346 tm
Desembarque para curados 3,732 tm

PROCESAMIENTO
Harina de pescado 839,683 tm
Aceite 189,351 tm

El rendimiento de la harina estaría en 4.4

EXPORTACION

Harina de pescado 794,300 tm y 591,290,000 dolares (Pero según Prompex es 596,800,000)
Aceite 174,800 tm y 109,580,000 dolares

Total exportado en us$ 700,870,000

El 13 de agosto el portal de sunat www.aduanet.gob.pe/aduanas/informae/boleind.htm
no estaba disponible para cruzar la información de exportaciones

Cobro de derechos de pesca: No hay información

Derechos de pesca en el supuesto de que todo el desembarque pago:
Tasa: 0.166% de la UIT, que esta en 3,400 soles, significa 3.94 soles por tm o 1.21 dólares x tm
Daría una recaudación de 14,528,777 soles o 4,470,393 dólares

La exportación de productos derivados de la anchoveta fue de 700 millones 870 mil dólares y tendría que haber pagado 4 millones 470 mil 393 dólares por derechos. Lo que representa el 0.64% del valor FOB.

DESEMBARQUES en tm

CHD
Para congelado 222,255
Para enlatado 144,737
Para fresco 186,421
Para curado 25,400
Total 578,813

CHI 3,685,400

DESEMBARQUE TOTAL 4,264,213 tm

PROCESAMIENTO en tm

Enlatado 68,200
Congelado 99,700
Curado 11,700
Total 179,600

EXPORTACION

Enlatado 16,400 tm 31,003,000 dólares
Congelado 148,700 tm 162,570,000 dólares
Curado 11,200 tm
Otros 19,570,000 dólares
Harina 794,300 tm 591,290,000 dólares
Aceite 174,800 tm 109,580,000 dólares

Total 1,145,400 tm
Total 914,013,000 dólares

En CHD se exportó 213,143,000 dólares y en CHI 700,870,000 dólares


2 de agosto de 2006

Las cifras macroeconomicas en la pesqueria

La siguiente nota tiene por objeto evidenciar:

Que la información disponible en Internet referente al sector pesquero en los portales de Sunat y Produce es imperfecta e incompleta.
Que la forma como se presenta la información descrita no permite al lector hacerse una idea real y completa de la posición sectorial en la vida económica del país.
Que los medios de comunicación difunden al país la información sesgada, incompleta y que distorsiona la verdadera posición del sector destacando sus logros y aparentes fortalezas, pero ocultando sus reales defectos.
Que la contribución del sector pesquero al país es demasiado baja en proporción al volumen de sus ventas y debe encontrarse la razón para corregirla.

Por último, tiene por objeto exponer ideas que pueden ser aplicadas por la nueva autoridad administrativa y por el propio sector.

Las cifras estadísticas y el modelamiento actual que aplica PRODUCE e IMARPE no permite obtener o cuantificar el daño y costo sobre el recurso y el medio ambiente. Existe aun un desfase, por ejemplo, al medir el esfuerzo de captura en una zona que se realiza en función de la capacidad de bodega, como antaño. Sin embargo, se deja de lado otros factores como son la potencia de los motores, los aparejos de pesca, los sonares y ayudas satelitales. Tanto Australia, Nueva Zelanda, Noruega, Dinamarca, Islandia, Islas Feroe aplican modelos bioeconómicos de impacto en las pesquerías, Chile los esta probando. Acá no hacemos lo mismo para una pesquería tan bien conocida como la anchoveta...pero sin embargo gastamos los escasos recursos enviando al Humboldt a la Antártica.

Las cifras, además, si hacemos la odiosa comparación con otros países, por menor volumen (Tons) de exportación reciben más divisas y generan mayor empleo y bienestar a su población, objetivos primordiales de un Estado, que lo que hace la pesquería peruana.


Información proveniente del informe mensual de Produce:
Datos estadísticos correspondientes al 2005
Desembarque total 9,285,365 TM
CHI (anchoveta) 8,530,657
Congelado 305,213
Enlatado 87,554
Fresco 310,342
Curado 51,599


Ventas al mercado local 554,100 TM
CHD 429,800
CHI 124,300


Exportaciones en TM 2,490,900
CHD 214,200
CHI 2,276,700

Información exhibida en el portal de Aduanas:
Exportaciones 2005
Productos tradicionales
Pesquero us$1,303,018,470 dólares

Productos no tradicionales us$331,270,969 dólares

Total exportaciones pesqueras us$ 1,634,289,439 dólares

Información de recaudación tributaria correspondiente al impuesto a la renta tercera categoría y regularización, exhibido en el portal de Sunat

Resumen
Pesca tradicional
S/.68,409,104 soles al cambio us$21,048,955 dólares
Conservas y productos de pescado
S/.17,259,932 soles al cambio us$ 5,310,748 dólares
Total
S/. 85,669,037 soles al cambio Us$ 26,359,703 dólares

La recaudación se expresa en soles y la exportación en soles. Sunat no ofrece un cuadro con la conversión al tipo de cambio del mes de la recaudación.

Comentario

Tres fuentes distintas ofrecen información amplia pero confusa y en algunos casos no coincidente. Sunat debería concentrar en un solo formato toda la información contrastada y resumida a nivel fácilmente entendible por el poblador nacional. La nota tributaria constituye información de relativo valor para el poblador común y corriente.

La conclusión es que las cifras deben presentarse completas, ordenadas y fácilmente accesibles al análisis y la comprensión del ciudadano.

Existe información que deduciremos puesto que no hay de donde extraerla.

Lo que trataremos de hacer a continuación es relacionar esta información y presentarla en un cuadro mas integral que traduzca para el ciudadano común qué es lo que significa en términos reales y de uso practico para él, así como los beneficios que ha obtenido derivados de este movimiento pesquero.

El ratio de rendimiento es de 4.4 TM de pescado para una TM de harina. Sin embargo esto es algo que debe auditarse porque es conocido que la pesca declarada es siempre menor que la pesca realmente descargada y que se integra al proceso de reducción de harina, como bien lo saben todos los patrones de embarcaciones. Por tanto existe otro rendimiento que es el real y no el oficial, lo que cambiaría las cifras expuestas. Ello, a su vez, genera una menor recaudación por derechos de pesca.

Análisis
Harina producida 1,919,236 TM
Aceite producido 286,251 TM
Rendimiento harina 4.4

Exportación Tradicional (harina/aceite) us$ 1,303,018,470 dólares
Contribución por impto a la renta us$ 21,048,955 dólares o sea 1.62%

Exportación No tradicional (conserva/congelado, etc.) us$331,270,969 dólares

Contribución por impto a la renta us$5,310,748 dólares o sea 1.60%
Total exportación sector us$1,634,289,439 dólares
Contribución por impto a la renta us$ 26,359,703 dólares o sea 1.61%
Desembarque de anchoveta para CHI 2005 8,530,551 TM
Derechos de pesca us$ 9´747,746 dólares Aprox.


Esta información sobre pago de derechos de pesca se deduce, puesto que no esta publicada en ningún portal. La deducción presume que toda la extracción pagó sus derechos de pesca, pero no hay forma de identificar cuanto de dicho desembarque proviene de artesanales que no están obligados a pagar derechos de pesca.

Total aportación del sector, derechos de pesca más renta: us$ 36´107,449 dólares
Total aportes porcentualizados
Exportaciones totales us$ 1,634,289,439
Tributos (renta mas derechos de pesca anchoveta) us$ 36,107,449 2.21%

La mortalidad comercial generada en el recurso anchoveta con la extracción de 8 millones y medio de TM, los daños causados al ecosistema marino, el perjuicio al medio ambiente generado por flota y plantas han permitido exportar, solo en harina, casi dos millones de toneladas a un valor de mil trescientos millones de dólares.

El país ha recibido como compensación total o como participación en el negocio de harina más consumo humano directo, la cifra de casi 36 millones de dólares, o sea el 2.21%. Cifra a todas luces exageradamente pequeña y de escaso valor práctico para la Nación.

Es evidente que el beneficio para el país, considerando además que esos pescados exportados no sirvieron para alimentar a nuestra población, es inadecuado e impone que se revisen cifras y procedimientos.

A toda esta información analizada falta agregarle la venta local de productos pesqueros, la cual se conoce a nivel de tonelaje por información de Produce y que se reproduce al comienzo de esta nota. Pero no hay información de cifras de venta. Sin embargo la recaudación tributaria si las contempla. Por consiguiente el porcentaje de recaudación en relación a las ventas es aun menor.

De esta manera podemos apreciar que elogiar las exportaciones pesqueras sin tener en cuenta aspectos colaterales y cuantificables como los expuestos aquí, es una forma inadecuada de brindar información al país.
Más aún cuando las cifras expuestas no reflejan ni cuantifican los daños causados al medio ambiente y al ecosistema marino peruano.

El modelo de gestión pesquero, el modelo de información proporcionado por las instituciones responsables, y el modelo de información usado por la prensa nacional deben cambiar en beneficio de una mejor información para el ciudadano que contribuye con sus impuestos y tiene derecho a saber y a entender porque los éxitos macroeconómicos de la pesca no significan un chorreo para sus bolsillos. La respuesta sería simple: porque no hay voluntad política de eliminar los privilegios del sector que pasan desapercibidos gracias a esta forma de presentar la información oficial, y secundada por los medios de comunicación.

Un análisis deductivo
Renta pagada por el sector us$ 26,359,703
Utilidad supuesta us$ 87,865,679

El impuesto a la renta es el 30% de la utilidad, por lo cual se deduce, en función a lo recaudado, que la cifra expuesta es la utilidad generada. Esto significaría que la exportación de us$ 1,634,289,439 dólares, más las ventas al mercado local no identificables, ha generado una utilidad de us$ 87,865,679 dólares. O sea el 5.38%. Un ratio bastante bajo.

La recaudación considera ventas internas y exportaciones, o sea que lo recaudado deviene de la sumatoria de ambas. Pero como no conocemos las ventas al mercado interno, hace que la cifra de ventas sea aún mayor y el porcentaje de utilidad aún menor.

Aparentemente el negocio no es muy bueno ya que genera una utilidad tan pobre antes de impuestos.

Pero si así fuese, ¿porque se persiste entonces en seguir en el negocio o en entrar al mismo?
Es necesario analizar y encontrar la razón por la cual esto ocurre.

La captura de recursos pesqueros es un hecho real y consumado antes de iniciar el proceso de transformación y comercialización. El proceso final genera los balances, estados de ganancias y pérdidas y finalmente las utilidades y los impuestos. Pero esto es totalmente independiente de la extracción. El impacto causado a la biomasa y al medio ambiente se producen, y la mortalidad es real aún si la empresa presenta pérdidas en su balance y por consiguiente no paga impuestos. El país no tiene porque pagar la factura de una mala gestión, de una mala racha, de una sobrecapitalización, de un sobreendeudamiento ni de una gestión inadecuada. Más aún cuando las cifras de desembarques son cuestionables.

La ineficiencia del sector sumada a los efectos secundarios que genera es mala y obliga a que el Estado no deba brindar apoyo preferente a la industria de harina de pescado a fin de que no haya externalidades negativas.
Finalmente la industria harinera debiera tender en el futuro a reducir desperdicios de pescado destinado al Consumo humano directo y no a reducir pescado entero.

Derechos de pesca

La recaudación por derechos de pesca, en el supuesto de que todo el desembarque pago, se distribuye de esta manera:
50% alimenta el canon pesquero
50% a Produce. De este 50%, el 9% se destina a Imarpe y otro 9% a Fondepes. Para el 2007 será menor puesto que se asignará 6% a Imarpe, 6% a Fondees y 6% al ITP.
En el 2005 ha significado que tanto Imarpe como Fondepes recibieron la suma de US$452,145, que equivale al 4.5% del total de derechos de pesca supuestamente cobrados.

La nueva administración debería gravar con el concepto de derechos de pesca a la exportación y no a la extracción. La tasa no debiera ser inferior al 10% del valor FOB y debe estar relacionada y vinculada con el precio internacional de la harina de pescado. Este tributo debería estar a cargo de Sunat y no de Produce. Esto haría que el tributo fuese más justo y más universal puesto que gravaría todo el pescado utilizado en la producción, sin que se evadan los otros recursos que no son anchoveta y que se siguen usando para producir harina y aquellos que son proveídos por embarcaciones exoneradas del pago de derechos actualmente. Esto permitiría que todos quienes causan mortalidad comercial sobre el recurso destinado a la harina de pescado paguen un tributo justo.

La industria debería concientemente aplicar una voluntaria reducción de la flota y de su capacidad instalada, en beneficio de mejorar su propia eficiencia y reducir sus costos, lo cual además le permitiría estar en mejor posición de limpiar sus bahías y mejorar los sistemas que eviten la contaminación de sus áreas de influencia.


Desnutricion, educacion, pesca y politica

Los especialistas del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), luego de analizar la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes) correspondiente al período 2004-2005, han concluido que:
Por zonas geográficas, el área más vulnerable es la Sierra en donde el 37.1 por ciento de los niños presenta desnutrición crónica; en la Selva este grupo involucra al 23.4 por ciento de la población infantil; en tanto que en la Costa (excluyendo la capital) representa el 15.1 por ciento de los menores de 5 años.


En Lima Metropolitana este índice llega a 6 por ciento.

Los segmentos de edad más expuestos a la desnutrición crónica se encuentran durante el tercer y cuarto año de vida (de los 36 a los 59 meses); pues alrededor del 30 por ciento de cada grupo se encuentra afectado. Los niños con menos de seis meses de vida son los menos afectados (4.4 por ciento), en tanto que a partir de los 10 meses los porcentajes de desnutrición crónica van en aumento.

Estas cifras exponen al país que nuestra niñez tiene un alto índice de desnutrición, especialmente el segmento entre los 3 y 4 años. Precisamente la edad en la cual el niño está en pleno proceso de crecimiento y en la etapa previa a empezar a recibir educación.

Cualquier intento de educar a niños desnutridos tendrá resultados poco satisfactorios. Cualquier mejora en los sistemas educativos tropezará con el problema de un alumno disminuido en sus posibilidades de aprendizaje por efecto de una mala alimentación.

El futuro del país descansa en las próximas generaciones, que deben traer una nueva mentalidad, un nuevo espíritu y nuevos aires a la Nación. Este futuro se ve comprometido por la pobre calidad de la educación y de la alimentación.

Si es posible pensar en un futuro, se tiene que pensar en serio, sin egoísmos, sin intereses personales, en la educación y en la alimentación de nuestra población, en especial de nuestra niñez, desde ahora.
La mejor alternativa para dar inicio a una política alimentaria eficiente, integral y coherente es utilizar nuestros recursos pesqueros disponibles.

Dentro de ellos destacan la anchoveta, el jurel, la caballa y la pota.

El próximo gobierno deberá conservar las acciones emprendidas por la actual administración en materia de promoción e incentivo del consumo de dichos recursos. Deberá ser más audaz y agresivo en la implementación de nuevas medidas que estimulen de inmediato al sector privado a realizar inversiones orientadas al procesamiento y comercialización de estas especies hacia nuestro mercado interno.

La nueva administración pesquera deberá asumir la responsabilidad histórica de diseñar una política de largo plazo que privilegie y priorice la alimentación nacional. Al mismo tiempo deberá poner el sector en orden de una vez por todas mediante medidas efectivas como:

Convertir al Imarpe en un organismo autónomo; reducir el esfuerzo pesquero sobre la anchoveta; redefinir las tasas anuales de captura para la anchoveta, pero con criterio ecosistémico y sin dejar de lado a los otros recursos.

Definir un sistema de cuotas individuales de pesca; detener la construcción de embarcaciones ilegalmente destinadas a la anchoveta; aplicar normas rígidas de control sanitario de los productos hidrobiológicos que se comercializan en el país.

Reformar el sistema tributario que viene permitiendo que el sector cause impactos sobre el medio ambiente y el ecosistema marino sin compensar adecuadamente a la Nación.

La nueva administración asumirá un reto ante el país y la historia. El reto de poner orden en el sistema desalentando la existencia de lobbies, de privilegios, de paraísos fiscales, y restableciendo el principio de autoridad.

La nueva administración no debería provenir del empresariado ni de los gremios del sector a fin de garantizar que no haya conflictos de intereses. Deberá ser un equipo de técnicos probos, íntegros, honestos y decididos a poner las cosas en orden y con el carácter suficiente para no someterse a presiones ni ceder a tentaciones.

Este equipo deberá contar con el más firme apoyo de la Presidencia de la República para lograr sus objetivos.
El partido ganador de la segunda vuelta tiene en sus manos una oportunidad extraordinaria para sentar las bases de un programa que asegure alimentación y educación, únicas garantías de que las próximas generaciones de peruanos aseguren la construcción de un nuevo Perú.

Si queremos que las elecciones del 2011 y subsiguientes dejen de ser gritos de protesta contra el sistema y se conviertan en elecciones de continuidad de políticas altamente eficientes, las cuales solo cambiarán de estilo y de matiz, es vital que el gobierno a instalarse este 28 de julio comprenda que ya no hay más espacio para corrupción, incompetencia, componendas ni experimentos. Si este nuevo gobierno no instaura una era de racionalidad, honestidad, eficiencia, y no prioriza la alimentación y educación, lo más probable es que nuestra democracia esté condenada.

Continuar estimulando un esquema que alaba la exportación de nuestra proteína de origen hidrobiológico, en detrimento de crear un esquema que balancee la exportación y la atención del mercado nacional, solamente incrementa la deuda que el Estado tiene con la Nación, y conduce a su población al rechazo de tal sistema.
Continuar sosteniendo las necesidades de alimentos de otros países, desdeñando el sufrimiento y el hambre de nuestra población, así como minando las posibilidades de su crecimiento, solamente hace crecer la brecha entre el ciudadano común y el Estado.

Ese ciudadano, que es quien soporta a ese Estado, está siendo conducido por la fuerza, al rechazo de un sistema que diluye sus esfuerzos en palabras, en negociaciones, en componendas y en demagogia, sin tomar acciones decisivas y trascendentes en beneficio de necesidades simples como son alimentación y educación.
Si la nueva administración pesquera no es capaz de diseñar una nueva política de largo plazo, integral y coherente para la pesquería peruana, que priorice la alimentación nacional racionalizando eficientemente las capturas, lo más probable es que para el 2011 no tengamos pesquería que manejar, por lo menos no como la conocemos ahora.

La anchoveta requiere de la toma de decisiones realistas hoy, por más duras que fuesen para algunos. No hay más tiempo para demagogia, ni para trucos legales para seguir haciendo lo que ya no se puede seguir haciendo más, y esto es pescar más allá de lo que la naturaleza permite para el mantenimiento y sostenimiento de todo el ecosistema.

La realidad es una sola y se impone por sí misma. Es totalmente ajena a presiones políticas, económicas, o a intrigas, y componendas o negociaciones.

O entendemos eso o la propia naturaleza se encargará de poner las cosas en orden.

Un nuevo modelo

La nueva administración de pesquería deberá elaborar una política pesquera que pueda mejorar gradualmente su capacidad de lograr una pesca sostenible a la vez que contribuye a sus objetivos de desarrollo, incluidos el mantenimiento de la calidad, diversidad y disponibilidad de recursos pesqueros en el contexto de la seguridad alimentaria, la mitigación de la pobreza y el desarrollo sostenible.

El desarrollo sostenible de la pesca exigirá una mejor forma de gobierno y la introducción de cambios en la perspectiva de los principales interesados para centrarse más en los resultados a largo plazo.


Para colocar la actividad pesquera en un contexto de desarrollo sostenible, la política debe afrontar específicamente las relaciones recíprocas entre el presente y el futuro en lo que respecta al agotamiento de las poblaciones ícticas, así como a los efectos perjudiciales de la actividad pesquera, los asentamientos costeros y el vertido de residuos sobre ecosistemas marinos más amplios.

En el ámbito general del desarrollo sostenible de la pesca hay que considerar varios objetivos:

Mantener actividades de extracción y procesamiento pesqueros basadas en ecosistemas marinos especificados e identificables;
Garantizar la viabilidad a largo plazo del recurso que sustenta estas actividades;
Proveer al bienestar de una fuerza de trabajo pesquera dentro de una comunidad y un contexto económico más amplios; y
Mantener la salud e integridad de los ecosistemas marinos en beneficio de otros usos y usuarios, tales como la biodiversidad, el interés científico, el valor intrínseco, la estructura trófica y otros usos económicos, como el turismo y el esparcimiento.

Para realizar una gestión política de ordenamiento pesquero se necesita conocer, tener cierta especialización y cierto orden en los procedimientos. Pero solo ello no basta. Es necesario contar con capacidad de comunicación, habilidad de trabajo en equipo, herramientas como la negociación y el manejo de conflictos, interpretación de comportamientos sociales y capacidad de análisis y síntesis de problemas y soluciones. Igualmente, integridad moral, principios y ética compatibles con la protección y desarrollo de los recursos pesqueros. Las autoridades políticas y los órganos de dirección no deben tener intereses económicos ni comerciales con el sector a fin de evitar conflictos.

En el sector es probable que se presente más de un uso del mismo espacio, por lo que más de un ministerio o sector interviene en él, de manera desarticulada unos con otros, e inclusive entre instituciones del mismo sector. Por tanto el diseño debe ser integral y coherente.

La definición de una política de Estado para el desarrollo de la pesquería en el corto mediano y largo plazo requiere de una base legal sólida cuidadosamente diseñada con participación de todos los sectores del Estado y de todos los agentes de la pesquería.

Una política pesquera debe ser parte de una estrategia general de desarrollo sostenible.

Una política exitosa debe basarse en un proceso de planificación completo e integrado, para armonizar los valores culturales, económicos, ambientales y para equilibrar la protección ambiental y el desarrollo económico. Sin un proceso integrado de planificación, ni de participación ciudadana, tiende a ser incompleta, desintegrada y sectorial.


Implementar una política que armonice los lineamientos de explotación meramente económica y discriminatoria (artesanal/industrial) – que actualmente afectan la mortalidad del recurso, porque favorece su explotación hasta el límite permisible por especie – con los criterios ecosistémicos, de manera que favorezca el mejor empleo de los recursos afectados y proporcione a pescadores e industriales el marco que garantice el aprovechamiento racional y permanente de los recursos marinos.

Definir una política que incluya la participación formal de los representantes de los diferentes sectores de la actividad pesquera, política cuyo objetivo prioritario sea promover la sustentabilidad del uso de los recursos pesqueros y un reordenamiento de las normas vigentes que las haga coherentes, complementarias y más sencillas en su aplicación.

Las actuales medidas de conservación - como vedas biológicas, establecimiento de cuotas, fijación de tallas mínimas, y dimensión y característica de los artes de pesca - deben convertirse en prácticas de manejo. Una buena Ley de Pesca debe velar por la conservación, sustentabilidad y equilibrio ecosistémico de las pesquerías peruanas, por el incremento del valor agregado y de las plazas laborales con ocupación estable en tierra firme y en el mar, y porque las operaciones pesqueras sean eficientes y con buena calidad de capturas.

Estimular la inversión. Hacia el consumo humano directo.

Reformar la estructura tributaria del sector.

Revisar las tasas establecidas por concepto de derechos de pesca.

Establecer una política pesquera nacional y planificar el desarrollo pesquero para el corto, mediano y largo plazo.

Establecer medidas precautorias en relación al cambio climático y el calentamiento global, proponiendo un plan estratégico para enfrentar esta contingencia.

Alcances del nuevo modelo

El nuevo modelo deberá procurar instrumentar en el mediano y largo plazo mecanismos más adecuados para la conservación de los recursos y su ambiente basados en el conocimiento científico y tecnológico, evitando en lo posible ser un instrumento de alcances inmediatos, propiciados únicamente por intereses económicos o agendas políticas.

Las medidas de ordenación pesquera deben estar orientadas a la conservación y aprovechamiento racional de los recursos pesqueros. Éstos no son sujetos de apropiación individual por ser de propiedad común. Su ámbito recae en las normas jurídicas que regulan el uso de los recursos naturales que constituyen un bien patrimonial de la nación.

La exportación de productos pesqueros no debería suceder a expensas de la degradación de los ecosistemas, de las necesidades locales de consumo, ni debería provocar impactos sociales ni económicos adversos. Así mismo la contribución del sector vía derechos de pesca e impuesto a la renta debe ser proporcional al impacto que causa sobre el ecosistema y el medio ambiente, y no solamente basarse en un impuesto a la renta aplicado sobre utilidades.

En este marco, se deberán proponer diversos indicadores de sustentabilidad, los que deberán ser claros, coherentes con los objetivos mensurables, y deberán permitir evaluar efectivamente los factores insustentables con el fin de corregirlos. Si se quiere lograr un desarrollo sustentable en nuestras pesquerías, la sociedad civil debe ejerce el derecho a participar en la gestión de la administración de los recursos ícticos del país.

La política pesquera debe favorecer el pluralismo productivo en la pesca, de manera de permitir la coexistencia en un esquema económico dual de sectores intensivos en capital, como el sector pesquero industrial, y sectores intensivos en trabajo, como el sector pesquero artesanal en sus distintas manifestaciones

La excesiva explotación pesquera destinada a la producción de harina ha provocado ya cambios significativos en la estructura del ecosistema marino.

El bajo nivel de consumo de pescado en la población nacional es una respuesta a la poca oferta de productos del mar, la escasa promoción de los mismos, el costo de darles un tratamiento congelado, curado o envasado para su distribución, la insuficiente infraestructura de redes comerciales de distribución y la insuficiente e inadecuada cadena de frío existente. Motivos por los cuales la creación de estímulos para reorientar el esfuerzo de extracción, procesamiento y comercialización hacia el CHD son impostergables.

El desafío no es gestionar poblaciones de peces sino gerenciar el conjunto del ecosistema marino, debido a que el mismo depende de forma directa de su estructura para mantener su productividad. En este sentido, las políticas de gestión pesquera se deben hacer eco de este hecho: dependiendo de su adecuada conservación, se podrá o no mantener en el futuro la actividad pesquera. Es en esta dirección en donde se debe introducir el concepto de ecosistema en la gestión.

Esto implica la necesidad de considerar los efectos aditivos de las pesquerías multiespecíficas, obligando a minimizar el impacto de la pesca sobre las especies asociadas y dependientes (entre otras cosas, priorizando el uso de artes selectivos), y a reducir el impacto de determinados artes sobre los fondos, protegiendo los ecosistemas asociados.

El reto histórico de la nueva administración y del nuevo modelo consiste en el diseño de una política de largo plazo basada en datos científicos y planificación. Desde el inicio, el nuevo gobierno deberá presentar acciones y medidas concretas conducentes al establecimiento de una nueva era en la pesquería peruana. Una etapa en la cual las decisiones provengan de un equipo capaz, serio, probo, honesto y libre de conflictos de interés y de presiones provenientes de grupos de poder político y económico.

El complicado mundo de la pesca

La pesca de consumo humano directo en el Perú, se basa fundamentalmente en las capturas de la flota artesanal.
Cada día es una aventura totalmente distinta, tanto en el mar, en el muelle como en los mercados.
Nadie sabe lo que el mar ofrecerá cada mañana, pero el sabor a la aventura se vive a diario.

Trabajo apasionante que genera una compleja y variada sucesión de eventos diversos, los cuales ocultan dramas humanos, desesperanzas, frustraciones, satisfacciones pero también optimismo.

La pesquería en el Perú esconde tal cantidad de complejidades que sería necesario escribir varios tomos para narrarlos. Y aún si se hiciese, sería sumamente complicado catalogar o clasificar los eventos. Hay eventos económicos, comerciales, financieros, de mercado, tecnológicos, pero por sobre todo, humanos.
Los eventos humanos son el denominador común.


La pesca será buena o mala según el ángulo humano que se la mire. Será buena para una empresa exitosa en sus capturas si es armador puro. Será buena si la calidad y cantidad de pesca capturada satisface índices de rentabilidad para el proceso, sea congelado, harina o conserva. Será buena si el volumen capturado genera la producción proyectada.
Y será mala si no satisface los standares descritos.

Pero inevitablemente la calificación de buena o mala habrá sido el producto de un esfuerzo humano. Un esfuerzo duro, peligroso, de alto riesgo. Un esfuerzo a bordo, en el mar, que requiere de una logística de tierra eficiente y sacrificada también. Se trabaja sin horarios, de noche, de madrugada, en feriados, en fines de semana, bajo el frío viento de la costa. Pesca buena o mala, el esfuerzo humano se hizo. Esfuerzo humano poco valorado. El pescador gana dinero solamente en la medida que captura. Si no hay captura no hay dinero. Pero el esfuerzo se hizo.

El dinero que se gana no compensa el esfuerzo. Aún si la pesca fue buena. El precio pagado al artesanal es irrisorio en proporción al esfuerzo desarrollado.


El precio pagado al industrial de consumo humano directo tampoco es el mejor que digamos. Todo se reduce a una cuestión de mercado. Exportamos la mayor cantidad de nuestra pesca con poco valor agregado y recibimos un bajo precio que, en consecuencia, se traslada hasta llegar al pescador. En el camino, los seres humanos que procesaron esa pesca para darle un valor agregado, aunque sea mínimo, también ganan en la medida que producen. Ganan poco también. Y a veces con riesgo de sus vidas porque generalmente sus embarcaciones están deficientemente mantenidas y conservadas, porque siempre habrá poca plata para ello.

El Perú es un país de mano de obra barata dicen muchos. Y efectivamente hay razones para ello, pero al final, hubo un esfuerzo humano para llegar al producto final. Pero somos un país del tercer mundo, un país de mano de obra barata.


Quizá no es mano de obra tecnificada, pero siguen siendo seres humanos que no tuvieron, no tienen, ni tendrán una posibilidad de mejor educación. Somos un país pobre con muchas carencias.

Pero hay seres humanos con experiencia aunque sin educación, y con necesidad de trabajar, y lo seguirán haciendo ganen lo que ganen porque tienen que sobrevivir, aún a costa del riesgo de sus propias vidas..

Y seguiremos hablando del mar, de la pesca, de las 200 millas, de la Convemar, de las cuotas individuales, de la necesidad de reducir la flota cerquera, de la necesidad de una política pesquera, del patriotismo, del entreguismo. Y seguiremos hablando del mar, de un mar que realmente es más de los pescadores que de los demagogos. Son nuestros pescadores y nuestros hombres y mujeres que procesan y comercializan esos pescados los que realmente dan vida al mar. Y ellos seguirán sobreviviendo y trayéndonos alimento a nuestras mesas, pese a todo lo que se haga o no se haga, a lo que se diga o no se diga.

Porque somos un país del tercer mundo, un país pobre de mano de obra barata. Un país en el cual cualquier cosa puede ocurrir en el terreno de la política, de la improvisación, de la incompetencia, del abuso y de la ausencia de justicia y a veces hasta de la más elemental consideración lógica.
Y finalmente moriremos.

En la presencia de la muerte solo existe una pregunta. Y esta pregunta no dice: ¿porqué ha muerto?, sino ¿cómo ha vivido? Todos debemos hacernos esta pregunta. Y tenemos que hacerla con sinceridad y urgencia, como si ya no existiéramos mañana.


El hombre debe poder decir sí cuando piensa que sí. Pero cuando hay muchos que dicen sí mientras piensan que no; o dicen sí por la carrera, comodidad, por la ganancia, mientras su conciencia dice que no, o calla, entonces ha llegado el momento en que la humanidad muere. Es la hora de la gran muerte. Cuando muere la conciencia, deja de vivir el hombre y se convierte en animal.

Pero, ¿quién tiene la fuerza para ello? Porque grande es el temor de que los manantiales de los cuales vivimos puedan un día taponarse.

Donde desaparece el sentido de la justicia, aparecen los abusivos. Donde desaparece el sentido de la razón, aparecen los prepotentes. Y si tienen en sus manos el poder y no lo usan para beneficiar a sus semejantes, entonces se desborda el odio. Entonces los superiores serán enemigos y los enemigos serán diablos. Y entonces fundamentalmente bueno es uno mismo y básicamente malo el otro. Justo será todo lo que sirve para uno e injusto lo que pueda impedir vencer a uno con todos los medios y a toda costa. Y a eso le llamaremos problema social. Si el problema social se desborda en violencia, le llamaremos alteración del orden público, terrorismo o que se yo.

Y seguiremos hablando del mar y de la pesca, pero no hablaremos de los seres humanos que hacen posible que los peces lleguen a nuestra mesa y a las mesas del exterior. Y no hablaremos de los seres humanos con hambre que se desbordan en busca de justicia y de salarios dignos.

Y seguiremos sin tener una flota de altura, seguiremos sin tener una marina mercante, seguiremos privilegiando el alimentar a los países del primer mundo antes que a nosotros mismos, y nuestros botes artesanales seguirán perdiéndose en el mar por falta de radio baliza y medios de comunicación. Y seguiremos perfeccionando nuestros sistemas de calidad para la exportación, y seguiremos manipulando el pescado para el mercado interior en condiciones tan insalubres como siempre.


Y el Terminal Pesquero de Ventanilla, quizá el complejo más grande de Sud América, seguirá siendo lo que es. Un lugar donde todos los días a las 5 de la mañana congrega a todos los comerciantes de pescado y mariscos que esperan son ansias ver que es lo que el mar nos dio el día anterior, para poder finalmente satisfacer el paladar de un exigente degustador de ceviche que ignora por completo todo el complejo proceso humano que permitió que él consuma ese plato. Y que de paso también ignora si las condiciones sanitarias en la cual fue manipulado satisfacerían a los exigentes paladares del primer mundo. Pero como él mismo estará habitando un país del tercer mundo, ese detalle no tendrá mayor trascendencia.

Dejemos el tema de la Convemar, de la flota artesanal, de la flota de de altura, de la marina mercante, de la necesidad de un enfoque ecosistémico de nuestra pesquería, etc. etc en manos de los demás, de los políticos de turno, de quien sea…porque finalmente no es nuestro problema. Es problema de los que tienen tiempo para pensar. Aquí las urgencias de la supervivencia diaria no dejan mucho tiempo para pensar y para participar en la toma de decisiones sobre nuestro futuro. Nos hemos acostumbrado a que otros piensen por nosotros y nos den órdenes fáciles de seguir. Es más cómodo. Aunque nos conduzcan a la extinción de nuestra pesquería, siempre podremos echarles la culpa. ¿no es verdad?

Porque total…, somos un país pobre del tercer mundo. ¿A quién le importa?

Las falencias en los hidrobiologicos congelados

En el Perú se consume el pollo en formas de lo mas variadas, empezando por el pollo a la brasa, pasando por establecimientos que venden el producto congelado y/o refrigerado, y terminando en los mercados que lo expenden fresco. Casi lo mismo pasa con las carnes de res, de cerdo y otras como el cabrito. Los supermercados también forman parte de la cadena.

Sin embargo, el pescado, los mariscos y los demás productos del mar no tienen el mismo espacio para su comercialización. No hay pescaderías, por ejemplo, en la misma proporción que pollerías o carnicerías. Y finalmente lo mas común de conseguir es el pescado, (cualquiera que este sea) entero o fileteado, bien sea fresco, refrigerado o congelado, aunque este ultimo en proporción muy pequeña. De otras especies como pulpo, calamar, pota, conchas, mariscos, etc. ni hablar. La única forma de conseguirlos es en algunos supermercados en forma de congelados, y en algunos mercados en su presentación de frescos y en los terminales pesqueros.

¿Porque esta discriminación en un país de tan abundantes y variados recursos marinos?

La orientación exportadora del país ha conducido a un afán de congelar y exportar materia prima, lo cual si es bueno desde un punto de vista, es malo desde otro. Es malo porque nos hemos acostumbrado a ganar poco con poco esfuerzo también, es cierto. No hemos avanzado mucho en la presentación de una oferta mas sofisticada, con mayor valor agregado para ganar más. Pero lo peor es que no queremos saber nada del mercado nacional.

No es posible entender porque no hay una orientación hacia todos los segmentos de nuestro mercado interno para ofrecer la variada posibilidad de una oferta de congelados. No es posible entender porque no tenemos pescaderías, y si carnicerías y pollerías. Estas ultimas tienen una mínima infraestructura de frío para conservar y vender sus productos. ¿Porqué no adicionan un elemento mas para pescados e hidrobiológicos?
Quizá porque no hay suficiente oferta por parte de la industria que solo esta preocupada en exportar. Pero si la industria concertase con los mayoristas y con los minoristas, y se pusiese una adecuada oferta de hidrobiológicos congelados, quizá la tendencia podría orientarse hacia una mayor producción y consumo.

Todos los segmentos del mercado pueden ser atendidos con calamar, filetes de pescado, conchas, langostinos, pota, etc. en presentación congelada, embolsados...tanto de uno, medio o un cuarto de kilo. En bolsa plástica, en cajitas parafinadas, como sea necesario según el cliente final. Se puede vender cuartos de kilo de conchas de abanico, tanto en supermercados importantes como en ciudades del interior, por ejemplo. Todo es cuestión de costos, pero también de voluntad y de visión de negocios.

El mismo comentario se aplica a los seco salados, que son una alternativa de comercialización para los lugares donde definitivamente es imposible llegar con congelados.

Otra alternativa esta también en las especies cultivadas, y en las especies de ríos que también abundan en nuestro territorio y de las cuales apenas si se comercializan en forma artesanal. Este es otro aspecto relegado, olvidado e ignorado por nuestra pesquería.

La industria conservera es complementaria a la congeladora, y a la del seco salado. Las tres son necesarias para abarcar todas las regiones del país, y las 3 constituyen oportunidades de negocio.

Si bien es cierto existen conservas baratas que llegan al interior del país, las recetas que pueden prepararse con ellas siempre serán limitadas, y jamás podrá hacerse un ceviche, un tiradito, o un caldo con el producto de una lata. Por tanto, las expectativas de nuestra población por comer sus platos típicos siempre estará limitada. La oferta de mariscos, pota, calamares, pulpos, etc. no se encuentra en conservas.

Nuestro país requiere mejorar su oferta de productos hidrobiológicos. La industria congeladora requiere de nuevas ideas para mantenerse en el nuevo escenario de limitaciones a la extracción de merluza. La industria conservera requiere estabilizar su abastecimiento de materia prima.

Conserva y congelado es lo que la alimentación nacional requiere y reclama.

Sin embargo hay poco movimiento orientado a concertar, sincronizar y organizar un sistema nacional de distribución de estos productos. Un sistema que genere oportunidad de negocios y además de generar empleo, contribuya a mejorar la calidad de nuestra alimentación.

Pensar en la cadena de frío para establecer un sistema de comercialización de pescado congelado a nivel nacional es prioritario. Epsep, en sus mejores momentos, marcó el rumbo. Retomar ese camino es parte del reto actual.

Las columnas de desarrollo de la pesqueria

El sistema de control y vigilancia de la extracción pesquera empieza con una baliza que, colocada en cada embarcación pesquera, emite una señal que marca su posición. De esta manera la autoridad de pesquería, y aun la de Capitanías, tiene una visión precisa de la ubicación de TODAS Y CADA UNA de la embarcaciones que realizan faenas de pesca en nuestro litoral. Es evidente que si solamente algunas poseen la baliza y otras no, el inicio del proceso de seguimiento control y vigilancia partirá de una base incompleta que no permitirá cumplir el objetivo del sistema.

El siguiente paso, que corresponde a la descarga de la pesca en tierra, requiere de un control que permita cruzar la información que proporciona la embarcación mediante su declaración de pesca, a la cual TODAS LAS EMBARCACIONES deben estar obligadas. Este control se realiza mediante un sistema de inspección física. Este puede hacerse en muelle, en puerto, o en la planta de descarga.

Aquí se presentan las primeras dificultades: si la embarcación pesquera (EP) descarga siempre en un muelle, el control es relativamente sencillo. Si la EP descarga en una planta, el control debiera cruzarse adicionalmente con la producción del producto final de la planta. Cifras fácilmente verificables en función a la pesca descargada, rendimiento y venta del producto final.

Si la venta final no guarda relación con la materia prima descargada, puede sospecharse la existencia de pesca negra, o sea no declarada por la embarcación, o pesca procesada proveniente de EP ilegal, informal o no autorizada. Los parámetros de verificación por rendimiento según producto final son sencillos y no requieren de mayor investigación.

Las descargas en playa, o sea fuera de plantas, puertos o muelles, es una realidad mas difícil de controlar, pero se facilitaría su control si todas las EP cuentan con su baliza lo que permitiría detectar la presencia de estas y la ubicación de su lugar de descarga.

Complemento de este control es entender la necesidad del control en cada planta y en cada terminal pesquero, puesto que esta descarga, furtiva por llamarla de algún modo, tiene como destino una planta de procesamiento, o un terminal pesquero de venta mayorista o minorista. Si el control en la planta existe, y si se introduce un buen control en cada terminal pesquero, es fácilmente determinable la presencia de este tipo de pesca, lo que permitirá tomar acciones correctivas.

Si la venta del producto final de una planta es para el mercado interno, debiera registrarse esta operación en forma de una estadística oficial tan creíble y verificable como la que generan las exportaciones. Cada planta tiene la obligación de vender su producto mediante factura o boleta de venta, y de allí prosigue el seguimiento del destino de dicho producto, es decir a que terminal mayorista pesquero se dirige y/o a que cliente final llega finalmente.

La venta de pescado fresco procedente de descargas de EP y que llegan a los terminales pesqueros, deben consignar la EP de donde proceden, lugar de la descarga y generar estadística que alimente al sistema.
Toda esta información, consolidada y publicada abiertamente, nos permitirá entender y cuantificar la realidad de las descargas, metodología de las mismas, cantidad de embarcaciones con nombre propio, que especies descargan, que volumen, y nombres de los comerciantes e intermediarios que intervienen en el proceso, y mercados específicos a los cuales se dirigen estos productos. Esto colateralmente facilitara la labor de fiscalización tributaria en beneficio de una ampliación de la base tributaria.

En el caso de las exportaciones, Aduanas genera una información precisa mediante la correspondiente declaración Única de Aduanas, la cual es publica a través de la Internet. Pero aquí se requiere perfeccionar el sistema, ya que existe en la nomenclatura de partidas arancelarias, una serie de partidas que permiten fácilmente camuflar ciertas especies para que no aparezcan como realmente son. Por ejemplo la partida 03.04.20.90.00 Filetes congelados, los demás. Este tipo de denominación genérica permite que filetes de merluza, por ejemplo, puedan ser exportados bajo esta partida. Si la especie esta en veda, se disfraza una exportación ilegal y se distorsiona la estadística sobre dicho recurso.

Si bien es cierto, esta es una nomenclatura internacional, podría dictarse una norma especifica que impida que se cometan este tipo de distorsiones. Y aquí debiera entrar también el aforo físico obligatorio de cada contenedor exportado. Medida que complementaria la inspección física de las descargas de las EP.

Este control tiene un costo, definitivamente. Lo que tiene que determinarse es quien asume el costo de este control, ya que si el mismo tiene que ser asumido por el armador o la planta, y ello representa un porcentaje importante dentro de su estructura de costos que va mermar significativamente su rentabilidad, estaría cometiéndose un atentado contra la estabilidad económica de la empresa. No es pues, tan simple como dar una norma adecuada de control y pretender que sea el empresario, grande o pequeño, quien asuma el peso financiero de la misma.

Debe estudiarse el financiamiento de ello con imaginación y creatividad para no afectar rentabilidad de la empresa, y para asegurar estadística confiable, segura, eficiente y en tiempo real, que permita tomar medidas de protección sobre nuestros recursos pesqueros en forma oportuna y adecuada.

Hay que considerar que el costo de no implementar este sistema eficientemente, puede ser mucho mayor cuando veamos que nuestros recursos pesqueros se han reducido tan dramáticamente que quizá ya no podríamos seguir pescando mas.

Resolver debidamente el tema del seguimiento, control y vigilancia, y simultáneamente atender la necesidad de enfocar el ordenamiento pesquero con un enfoque de ecosistema, son las columnas sobre las cuales plantear un plan nacional de desarrollo pesquero para el país.

La primera nos dará las garantías de una pesca ordenada y controlada, y la segunda nos dará zonas de pesca, y volúmenes adecuados de captura anual permisible de cada recurso. De forma tal que no se perjudiquen las especies de la cadena trofica, con el objeto de asegurar una pesquería sustentable en el tiempo.

Un exceso en la captura de anchoveta perjudica a las especies que dependen de ella como forraje (alimento), afectándose toda la cadena y perjudicando el vector económico y social de la pesca.

Si a estas dos columnas fundamentales, necesarias para la construcción del edifico de una pesquería sustentable, se les corona con el arco de un irrestricto respeto por el ordenamiento jurídico vigente, y una absoluta coherencia entre las Leyes, los Reglamentos de Ordenamiento Pesquero y las normas de rango inferior que por necesidad se dictan en el tiempo, y que debieran minimizarse, el futuro de nuestra pesquería estaría asegurado para el largo plazo.

Para esta construcción, la piedra angular sobre la cual se apoya todo el edificio es la investigación, no solo científica, sino de mercados y de nuevas tecnologías de extracción y procesamiento.

El Imarpe tiene que ser potenciado y dotado de los recursos que le permitan generar información. Además debe ser cortado el cordón umbilical que lo une con la Autoridad de pesquería. La investigación científica tiene que ser estrictamente técnica y liberada de presiones políticas. Imarpe no puede ser un organismo que avale decisiones políticas. Imarpe tiene que expresar opinión técnica independiente, correspondiéndole a la autoridad de pesquería asumir la responsabilidad política. Imarpe tiene que dejar de depender de los aportes de los armadores para efectos del desarrollo de su labor científica, accediendo a un presupuesto fiscal adecuado.
El ITP tiene que profundizar su investigación, hacer docencia y transferir tecnología al sector para hacerlo mas competitivo y diversificado.

Prompex o cualquier otra entidad tiene que proveer información oportuna y adecuada sobre mercados, productos nuevos, y promover nuestra producción incentivando la diversificación y el valor agregado.

El revestimiento de este edificio tiene que ser la educación, que desplace a la ignorancia, y permita acceder a tecnología moderna en todos sus aspectos, sanitarios, extractivos, de producción y comercialización, así como a la asuncion de la necesaria conciencia de responsabilidad para el manejo de la pesca, visualizando los intereses nacionales y dándoles prioridad sobre los intereses particulares. La pesquería debe entenderse bajo el concepto de Nación y no como de patrimonio de unos cuantos.

La sustentabilidad de nuestra pesqueria


Según el paradigma de extracción dominante, el esquema de capturas actual se basa en pesquerías industriales monoespecíficas de especies tales como la merluza y la anchoveta.

Siendo la anchoveta un eslabón importante de la cadena trófica, constituyéndose en forraje o alimento de otras especies, su disminución presiona hacia su extinción a la diversidad de especies de la cadena trófica superior.

La estrategia de extracción que basa el aumento de la productividad en la destrucción de la diversidad es peligrosa e innecesaria. La pesca monoespecífica no es sostenible ecológica y socialmente puesto que destruyen tanto la economía de la naturaleza como la economía de las personas.

La extracción esta siendo impulsada sin cesar, hacia la destrucción de la diversidad. La extracción principal basada en la pesquería de una sola especie viene a convertirse en amenaza para la conservación de la biodiversidad y de la sostenibilidad, tanto en sus dimensiones de recurso natural como en la socioeconómica.

La diversidad no podrá conservarse hasta que no constituya la lógica de la extracción.

El crecimiento de las exportaciones pesqueras se ha basado en la intensificación de la extracción a expensas del ecosistema.

Existe una necesidad urgente de monitorear los costos ecológicos de la extracción utilizando una estructura de productividad basada en la biodiversidad para reflejar el bienestar de la economía de la naturaleza y de las personas.

La productividad y sostenibilidad total es mucho mas alta en sistemas de pesquería que apuntan a la diversidad y a la generación de mayor valor agregado que producen diversos rendimientos. La productividad de una pesquería monoespecífica es baja en el contexto de diversos rendimientos y necesidades.

La sostenibilidad tiene dos dimensiones:
la sostenibilidad socioeconómica y la sostenibilidad de recursos naturales que se basa en la estabilidad de ecología de ecosistemas basados en la interacción entre las especies.

Esta sostenibilidad mide el bienestar de la "economía de la naturaleza" y los fundamentos de otras economías. La economía de la naturaleza incluye la biodiversidad, y la conservación de las especies que proporcionan el capital ecológico para la pesquería. La anchoveta constituye el principal capital de conservación del resto de especies.

La sostenibilidad socioeconómica mide la prosperidad de la economía de la gente o economía del sustento en la que se encuentran inmersas las necesidades humanas de subsistencia y nutrición. La economía de la gente incluye los diversos costos y beneficios tanto materiales como financieros que las comunidades pesqueras obtienen de la pesquería.

Existen claramente dos significados diferentes de "sostenibilidad". El verdadero significado se refiere a la sostenibilidad de las personas y la naturaleza. Comprende una recuperación del reconocimiento de que la naturaleza es el soporte de nuestras vidas y subsistencias, es la fuente primaria del sustento. Sostener la naturaleza implica mantener la integridad de los procesos, ciclos y ritmos de la naturaleza. Implica asumir la conciencia de que las normas deben dictarse basadas en un claro concepto de ecosistema.

Existe un segundo tipo de "sostenibilidad" que se refiere al mercado. Comprende el mantenimiento de suministros de materias primas para la producción industrial y el consumo local y global a larga distancia.

Dentro de este significado, los mercados crecen mientras que los recursos pesqueros se empobrecen. El tema es hacer disponibles rendimientos sostenibles de recursos para la alimentación nacional y mundial.

Los ratios económicos deben mantenerse e incrementarse en función a la generación de productos de mayor valor agregado, no en función a la producción de mayores volúmenes de materia prima, porque de ser así, lo que se esta haciendo es atentar contra la sostenibilidad del ecosistema.

El reto es exportar la misma cifra y/o incrementarla, pero con menores volúmenes de recursos pesqueros. Lo que nos lleva a pensar seriamente en producir mayor valor agregado para consumo humano directo.

El concepto de desarrollo sustentable

La primera función del medio ambiente es la de proveer recursos naturales (insumos) al sistema productivo. Dependiendo de la tasa de explotación que se emplea, el stock de recursos naturales se altera. En el caso de los recursos naturales renovables, como la anchoveta, cualquier tasa de explotación que sea inferior a la tasa de regeneración permitirá que éste aumente, y viceversa. En todo caso, cualquier nivel de explotación reduce el stock.

El concepto de desarrollo sustentable, busca armonizar el crecimiento económico con el medio ambiente. La sustentabilidad significa la utilización de no más del incremento anual de los recursos, con lo que se evita reducir el stock físico. También se define el desarrollo sustentable como la capacidad de satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad que tendrán las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades. Específicamente, se considera que el desarrollo sustentable implica límites tomados desde un enfoque ecosistémico.

Esta concepción de desarrollo sustentable supone la intervención del Estado, ya que el mercado no es capaz de proteger la calidad del medio ambiente ni la conservación del ecosistema, en contraposición a la postura que señala que el mercado se debe mantener y que la intervención estatal debe ser limitada.
Los recursos renovables se deben utilizar de tal forma que la tasa de explotación no sea mayor que la tasa natural de regeneración.

También se debe advertir que los recursos naturales y la capacidad de asimilación del medio ambiente, son tan importantes que si no existieran, no se podría hablar de desarrollo sustentable por mucho tiempo. Por lo tanto, si queremos lograr un desarrollo sustentable no se deben disminuir los recursos renovables y la capacidad de asimilación del medio ambiente.

El conocimiento que tenemos del medio ambiente y del ecosistema marino de Humboldt es precario. Por ello, existe incertidumbre respecto del rol que tiene en el soporte y sostenimiento de un sistema productivo monoespecífico como el basado en la producción de harina en base a la anchoveta. Si existiera la suficiente claridad científica respecto de cómo funciona el ecosistema, la tasa anual de captura sería fijada razonablemente para no perjudicar a las especies predadoras de la anchoveta. Sin embargo, la realidad no es así.

Cada vez que se toma una decisión respecto del manejo o explotación de un recurso, se ha tomado una decisión que afecta el medio ambiente en forma irreversible, ya que tal vez podemos sustituir las especies explotadas, pero no somos capaces de restituir el ecosistema que existía. La desaparición de la sardina es un ejemplo de ello.

Cuando se está frente a proyectos económicos como la producción de harina de pescado, que tienen consecuencias irreversibles, la investigación y la opinión científica constituyen elementos imprescindibles. La decisión de no invertir o de reducir la inversión se puede ejecutar, dejando libre la posibilidad de invertir en otro negocio. Lo aconsejable es el criterio prudencial cuando se busca el desarrollo sustentable de una pesquería.
La alta dependencia de la anchoveta como materia prima para su reducción en harina, lleva a que el sector se vea muy afectado por las condiciones adversas que afectan tanto al recurso como a la economía internacional, teniendo muy poca capacidad de respuesta pues además es una pesquería monoespecífica. Si buscamos alcanzar un desarrollo sustentable se debiera mantener un stock de capital natural mayor, lo que permite una mayor resistencia a los shocks, como un fenómeno El Niño.

Las futuras generaciones también tienen el derecho de disfrutar y utilizar el stock de peces disponible en la actualidad. Esta consideración de equidad intergeneracional nos conduce a la necesidad de mantener el stock de recursos para lograr la justicia entre diferentes generaciones.

Los gastos de “protección” y de “reparación” del medio ambiente no están siendo tratados satisfactoriamente Los gastos de “protección” o “reparación” del medio ambiente se refieren a todos aquellos gastos en que incurren tanto el Estado y la población, así como las empresas, para paliar los efectos negativos provocados por la contaminación del medio ambiente y la destrucción de los recursos naturales. Estos gastos de protección corresponden a un costo intermedio del proceso productivo, ya que son gastos necesarios para recuperar la capacidad del medio ambiente y del ecosistema como soporte de la vida. Hasta el momento no se repara totalmente los efectos contaminantes sobre el medio ambiente producidos en las bahías donde se produce harina de pescado. Ni tampoco los producidos por la flota pesquera que arroja todos sus residuos oleosos y aguas sucias al mar, ignorando las disposiciones contenidas en el Marpol.

En el actual sistema de información y contabilidad nacional, no se mide la contaminación ni el impacto sobre el ecosistema. Las demandas para desarrollar actividades de descontaminación y recuperación de poblaciones no se miden. El PBI no permite visualizar adecuadamente las dificultades y complicaciones que presentan la contaminación medioambiental y el agotamiento de los recursos naturales sobre los niveles de bienestar de los pobladores del país. No se considera la degradación del medio ambiente.

La sobreexplotación de los recursos renovables, incluido el medio ambiente, y la cantidad de residuos generados por la actividad económica por sobre la capacidad de asimilación del medio ambiente, afectan la posibilidad de un crecimiento sustentable en el tiempo.

El actual sistema de medición del PBI no toma en cuenta los efectos negativos que tiene la degradación del ambiente en las posibilidades de crecimiento futuro. Por lo tanto, si buscamos corregir esta limitación, se deben cuantificar las externalidades negativas generadas por las actividades económicas contaminantes, lo que lleva a ajustar hacia abajo el PBI en el futuro. La solución podría ser contabilizar la degradación del ambiente como una depreciación del capital fijo o una disminución del stock, lo que nos lleva al problema de cómo lograr una adecuada valoración monetaria de estos efectos, ya que es bastante difícil determinar con exactitud la importancia económica de todas las interrelaciones de las funciones que desempeña el ambiente.

Los indicadores macroeconómicos actuales no facilitan una política de optimización en el uso de los recursos naturales La información y los indicadores que se derivan de la contabilidad nacional, permiten un adecuado registro del desempeño económico del país, pero no dicen nada respecto a los criterios de máxima renta económica y de uso óptimo y eficiente del stock de capital natural. Por lo tanto, no permite orientar la política macroeconómica hacia el objetivo de asignar óptima y eficientemente los recursos pesqueros.

1 de agosto de 2006

La gestion de los recursos pesqueros


El recurso


Los océanos parecían una fuente inagotable de recursos hasta hace algún tiempo. Esto ya no es así. Una especie tras otra está entrando en crisis al hacerse crónica la sobreexplotación de la pesca en la mayor parte de los mares. En el mar peruano la explotación irracional de la anchoveta para reducirla en harina está yendo por ese camino, no solo en cuanto a sí misma, sino también por los efectos de la reducción de alimento para otras especies de consumo humano que se alimentan de ella.

Los peces constituyen un recurso natural, biológico, móvil y renovable. Su reproducción no requiere la intervención humana ni implica ningún costo. Sin embargo las poblaciones se desplazan sin control y, en algunos casos, emigran a grandes distancias. Por otra parte, no es posible apoderarse de un pez si no se ha capturado previamente y, de la misma forma, cada pez capturado deja de estar disponible para el resto de los pescadores, con lo que cada pescador se ve afectado por la actividad de los demás.

Esta dependencia y vulnerabilidad respecto de las actividades de los demás es inevitable. Las poblaciones de peces siguen considerándose un recurso común, que forma parte de un patrimonio común por lo que deben gestionarse colectivamente.

Para garantizar una pesca compatible con el medio ambiente hay que tener en cuenta no sólo las cantidades de peces capturados, sino también sus especies y tamaños, las técnicas de captura utilizadas y las zonas en las que se ejerce la pesca. Y por supuesto los efectos de una población de peces sobre otras poblaciones de peces, aves y mamíferos.

Por consiguiente, si queremos trasmitir esta herencia a las generaciones futuras hay que concebir las políticas de forma que regulen el volumen de pesca en relación a la conservación del ecosistema, y los tipos de técnicas y artes de pesca utilizados para la captura de los peces.

La abundancia de las poblaciones varía de año en año en función de factores que aún no se conocen suficientemente. La construcción de nuevas embarcaciones con el despliegue tecnológico en el ámbito de la electrónica o de los artes de pesca requiere una considerable inversión de capital. No obstante, una vez construida, una embarcación puede permanecer activa durante mucho tiempo y los inversionistas desean pescar para pagar los créditos contraídos. Al mismo tiempo, la flota debe modernizarse continuamente si se desea que sea competitiva y que se mejoren las condiciones de seguridad e higiene.

Por otra parte, el sector pesquero necesita instalaciones portuarias para los desembarques y el mantenimiento de las embarcaciones, instalaciones de descarga y tratamiento de pescado que pueden estar sujetas a condiciones de higiene aún más estrictas. El sector de captura no puede sobrevivir sin inversiones en estos otros sectores.
La pesca está sujeta, en primer lugar, a la disponibilidad de los recursos. Sin embargo, la existencia de demasiadas embarcaciones conduce a la sobreexplotación y la disminución de las poblaciones. La adaptación de la flota pesquera a un tamaño adecuado debe ser un objetivo fundamental de la política pesquera.

La pesca tiene repercusiones medioambientales inmediatas en las poblaciones comerciales de peces, crustáceos y moluscos capturadas, pero los artes de pesca afectan también a aves, mamíferos marinos, reptiles (tortugas) y organismos que viven en el fondo del mar. Por este motivo, se debe controlar y promover el uso de artes de pesca selectivos.

La extracción con incidencia en las poblaciones de peces abundantes, no sólo repercuten en las especies que se pescan sino también en sus depredadores (los peces que se alimentan de ellas), en las especies que compiten con ellas y en sus presas (las poblaciones de las que las especies que se pescan extraen su alimento).
Algunos hábitats son más vulnerables a algunos artes de pesca. Así, por ejemplo, la destrucción de las plantas y animales que viven en el fondo del mar y que constituyen un medio favorable para el desarrollo de numerosos organismos podría tener efectos graves en tales organismos.

Esta situación nos debe conducir a reordenar el modelo de gestión, si queremos lograr el desarrollo de una pesquería sustentable.

La anchoveta constituye un recurso renovable. Es un recurso natural en el cual su utilización produce su destrucción. Se debe producir la regeneración del mismo según un mecanismo de base biológica. La tasa de regeneración debe ser la óptima. Esto permite que su utilización en el proceso productivo de harina no lleve a una disminución total ni peligrosa del stock de la misma. Esto es válido sólo si la tasa de extracción o explotación es menor a la tasa de regeneración natural del recurso. Y sin olvidar que otras especies dependen de la anchoveta para su alimentación y supervivencia, por lo que debe calcularse el volumen necesario a ser reservado para este propósito.

Mas alla del Ministerio de Pesqueria

El debate de los ultimos dias se centro en la conveniencia o inconveniencia de crear el Ministerio de Pesqueria.
No habia nada que debatir. Los que votaron por el Apra esperaban que se cumpla esta oferta electoral y los que no votaron por el Apra sabia que el plan de gobierno consigna esta creacion del Ministeri. Asi pues que no hay anda que debatir.

Creo que el problema de fondo va mas alla del Ministerio. Un equipo de personas confecciona un plan de gobierno, se debate, se aprueba y se lanza al pais como oferta electoral. Muchos votamos por programas, no solo por personas.

El plan del partido Aprista, es bueno, o por lo menos lo era. Podia y puede perfeccionarse de tal forma de llegar en algun momento al diseño de una politica de desarrollo pesquero de largo plazo y al reordenamiento del sector.
Por tanto, algunos por lo menos, esperamos que los planes y programas se cumplan y que no constituyan una propaganda electoral mas.

Cuando el nuevo Ministro desautoriza la creacion del ministerio de pesqueria el primer dia de su gestion, crea una sensacion de dudas. Si no se respeta este punto del plan de gobierno...¿cuales otros no seran respetados y desautorizados mañana? ¿Que confianza se puede tener en que existe algun norte, algun rumbo para la pesqueria nacional? ¿Va a improvisarse una politica y hacerse un nuevo plan para el sector pesca? ¿La propuesta del partido ganador no es buena para su entender? ¿En que puntos mas no esta conforme? ¿Al acceder al cargo se le autorizo a no respetar el plan de gobierno y si es asi, que mas sigue?

Si habia necesidad de crear confianza y establecer credibilidad en el nuevo gobierno, creo que la priemra actitud del Ministro ha sido destruir la confianza y crear dudas.

Con todos los problemas que hay que resolver en el sector, no es un buen comienzo arrancar de esta manera y faltar el respeto a la credibilidad y confianza de quienes apostamos por un plan de trabajo, por un programa de gobierno.

Para el caso, UPP no planteo nada para la pesqueria. En un gobierno de UPP si valia hacer cualquier cosa porque no se prometio nada. ¿Que paso?

Marcos Kisner