La gestión pesquera

Se espera que, antes de entrar en propuestas promocionales de la pesquería se realice un estudio que permita determinar cuáles serían las especies objetivo, cuál el volumen de su biomasa, cuáles serían los períodos de vedas reproductivas, cuál sería el efecto ecosistémico de su explotación, para llegar a determinar una tasa anual de captura por especie. De esta información se deriva la capacidad de bodega que debería tener una flota con intención de incursionar en la actividad extractiva, la cuota anual de extracción, las cuotas individuales a asignar y los períodos de pesca. Solo entonces podríamos pretender introducir mayor esfuerzo pesquero sobre el ecosistema marino de Humboldt.

29 de noviembre de 2008

RECESION


RECESION PESQUERA Y ECOLOGICA


Los artículos que transcribo a continuación, son parte del gran conjunto de informaciones que nos vienen dando el alerta del peligro que estamos a puertas de vivir, provocado por un cambio climático y una depredación de los océanos creados por nosotros mismos.

La ciega ambición del crecimiento, la globalización y el sistema económico dominante en el mundo, que ha sufrido recientemente una severa crisis, parecen tener mayor peso específico en la balanza de la sobrevivencia que el sentido común del ser humano.

Vivimos tiempos difíciles y vendrán otros más difíciles aún. Sin embargo en el país seguimos actuando como si nada de esto fuese real. La pesquería sigue siendo conceptuada como fuente de riqueza vía exportación, negándonos a aceptar que primero debe ser fuente de alimentación nacional y luego ser usada como arma estratégica de negociaciones en un mundo que poco a poco se verá más inundado por el hambre.

Esa misma fiebre exportadora impulsa a mayor contaminación, depredación y destrucción del ecosistema y hábitat marino que finalmente, en el tiempo, nos privarán de la bonanza íctica de la que hoy disfrutamos. Contaremos a las generaciones futuras como es que alguna vez fuimos un país con posibilidades de ser pesqueros y como las perdimos por nuestra inacción y falta de capacidad de entendimiento y de unión de voluntades en defensa de los intereses de una Nación.
Como tantas otras que este país ha perdido en el vacío de una política incompetente e inútil desde el punto de vista de los intereses de un Estado que debería mirar al futuro con realismo y seriedad.

http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2008112809

La Tierra en plena recesión ecológica

El planeta se dirige hacia una crisis ecológica. La demanda de recursos naturales de la humanidad ya ha superado en un 30 por ciento la capacidad de abastecimiento de la Tierra, concluye el Informe Planeta Vivo elaborado por WWF en colaboración con la Sociedad Zoológica de Londres (ZSL) y la Red de la Huella Global (GFN).
Se difunde cada dos años un informe sobre la capacidad de la Tierra para continuar siendo un "planeta vivo" en base a cálculos de la Huella Ecológica y del Índice Planeta Vivo (IPV), una medida obtenida del estudio de la evolución de 5.000 poblaciones de 1.686 especies. La edición 2008 incluye por primera vez la medida de la huella hídrica.

La huella ecológica calcula el área total de espacio productivo requerido para producir los productos y servicios consumidos por una determinada población. La huella hídrica calcula el volumen de agua necesario para producir los mismos bienes y servicios.
El IPV ha descendido un 30% desde 1970; el IPV Tropical ha disminuido un 51%. La dramática pérdida de riqueza natural es provocada por la deforestación y la transformación de los usos del suelo en los trópicos. Otros factores que atentan contra la biodiversidad son las represas, trasvases y el efecto del cambio climático en las especies de agua dulce, cuyo IPV ha sufrido un descenso del 35%.

El análisis de la huella ecológica muestra que mientras que la biocapacidad global (el área disponible para producir nuestros recursos y absorber nuestras emisiones) es de unas 2,1 hectáreas globales (hag) por persona, la huella ecológica por persona es de 2,7 hag. Esto significa que se están usando más recursos naturales que los que el planeta puede producir.

Más del 75% de la población mundial vive en países que son deudores ecológicos, es decir en los cuales el consumo nacional ha sobrepasado su propia capacidad biológica para sostener el consumo de recursos renovables.

Estados Unidos, Brasil, Rusia, China, India, Canadá, Argentina y Australia son los ocho países que tienen más de la mitad de la biocapacidad total mundial. Tres de estos países son deudores ecológicos debido a su población y a las pautas de consumo.

La huella ecológica de China es 2,3 veces mayor que su biocapacidad nacional; la de India es 2,2 veces mayor, y la huella de Estados Unidos es 1,8 veces mayor que su biocapacidad.

Cada ciudadano de China utiliza una media de 2,1 hag por persona, mientras que un estadounidense requiere una media de 9,4 hag. Si la población mundial tuviera patrones de consumo estadounidenses se necesitarían 4,5 planetas para cubrir las necesidades de todos.

Huella hídrica

La huella hídrica de un país es el volumen total de agua utilizado globalmente para producir los bienes y servicios consumidos por sus habitantes. Incluye el agua sustraída de los ríos, lagos y acuíferos (aguas superficiales y subterráneas) para la agricultura y ganadería, la industria, la generación de energía y el uso doméstico, así como el agua de lluvia utilizada para los cultivos.

El nuevo índice de la huella hídrica pone de manifiesto la importancia del agua utilizada como materia prima en la producción. Por ejemplo, se necesitan 2.900 litros de agua para producir una camiseta de algodón.

Como media, cada persona consume 1,24 millones de litros de agua al año (la mitad de una piscina olímpica), aunque esto varía. Por ejemplo, en Estados Unidos el consumo per cápita anual es de 2,48 millones de litros por año, mientras que los bolivianos consumen 1,2 millones de litros.

Aumenta el número de países que se encuentra en una situación de estrés hídrico permanente o estacional. El estrés hídrico se da cuando la demanda de agua es mayor a la cantidad disponible durante un periodo determinado, o cuando su uso se ve restringido por su baja calidad.

"Cerca de 50 países están actualmente sufriendo un severo o moderado estrés hídrico y el número de personas que sufren escasez anual o estacional de agua podría aumentar como resultado del cambio climático", concluye el Informe Planeta Vivo.

Hay que cambiar de hábitos

"Muchos de nosotros estamos manteniendo un estilo de vida y crecimiento económico gracias al uso y extracción del capital ecológico de otras zonas del planeta", afirma el director general de WWF James Leape.

"Si nuestras demandas continúan a este ritmo, para mediados del 2030 necesitaremos el equivalente a dos planetas para poder conservar este nivel", alerta Leape. "Estamos actuando con la ecología del mismo modo en el que se comportan las instituciones financieras con la economía: buscando la satisfacción inmediata sin atender las consecuencias", afirma Jonathan Loh, co-editor de la ZSL.

"El mundo está preocupado por las consecuencias de haber sobrevalorado sus recursos financieros. Sin embargo, lo que realmente amenaza a la sociedad es la crisis del crédito ecológico causada por infravalorar el capital ambiental, base de la supervivencia y la prosperidad", observa James Leape.

"El déficit ecológico continuado tendrá consecuencias económicas graves. Las limitaciones de los recursos y el colapso de los ecosistemas desencadenaría un estancamiento económico con una caída vertiginosa de las inversiones, mientras los costos de la energía y los alimentos se dispararían", apunta el director ejecutivo de GFN Mathis Wachernagel.

El informe incorpora una serie de "cuñas de sostenibilidad" clave que, combinadas, podrían estabilizar e incluso invertir la tendencia alarmante hacia una mayor deuda ecológica y el desabastecimiento de fuentes naturales de recursos.

Incorporar una perspectiva ecosistémica al consumo, desarrollo y comercio se traduciría en una conservación a largo plazo de los recursos necesarios para la supervivencia.

El reto ambiental más importante es la eficiencia energética, las energías renovables y la disminución de entre un 60 y 80% de las emisiones de carbono para el año 2050.

LOS OCEANOS SON LA BASE TECNOLOGICA Y ALIMENTICIA DEL SIGLO XXI

http://www.abc.es/20081111/nacional-sociedad/oceanos-base-tecnologica-alimenticia-200811111619.html

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Expertos y científicos de todo el mundo reunidos en Valencia exigieron hoy aumentar el ritmo de la exploración de la vida marina de los océanos por parte de la comunidad científica internacional, porque en estos recursos aún inexplorados están "enormes potencialidades que serán el fundamento de la base tecnológica y el principal sustento alimenticio de la sociedad del siglo XXI".

Así lo indicaron en rueda de prensa los responsables de la I Conferencia Internacional de Biodiversidad Marina, organizada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Cesic), y la red de excelencia de la Unión Europea MarBEF, que se inauguró el 11 de noviembre en el Oceanográfico de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, y que hasta el 15 de noviembre reunirá a más de 500 expertos de todo el mundo sobre biodiversidad marina.

A la presentación de este Congreso asistieron los organizadores Carlos Duarte y Carlo Heip, así como el director del centro de control de gestión del Oceanográfico, Francisco Torner. Carlos Duarte explicó que en la actualidad se descubren cerca de 2.000 especies nuevas cada año. No obstante, estimó que se necesitarían trabajar 700 años más para llegar a tener un inventario completo de las especies que poblan los océanos. En este sentido, explicó que "tan sólo hay siete países con los recursos necesarios para explorar el océano profundo, algo que es inaceptable".
En la actualidad sólo existen siete países en el mundo con los recursos necesarios para una investigación profunda de los océanos.
Para dar cuenta de la importancia de estos recursos, Duarte puso el ejemplo de que "una sola proteína extraída de los volcanes submarinos se puede usar en el proceso de producción de biocombustibles y generar derechos de usos de patentes de 150 millones de dólares al año".

Pérdida de la biodiversidad marina
De las más de 400 ponencias que se van a elaborar en este congreso mundial, casi la mitad se ocuparán de la pérdida de la biodiversidad marina y sus consecuencias. En esta línea, Carlos Duarte avanzó que los científicos comparten la preocupación por la "evidencia del rápido deterioro de los océanos en los últimos años", para lo que consideró necesario también el "acercamiento a la sociedad para que podamos gestionar este patrimonio del planeta que es la garantía del bienestar de nuestra especie en el futuro, por lo que debería ser patrimonio de la humanidad", afirmó.

Entre las preocupaciones por el deterioro de los océanos, que se tratarán en estas jornadas, destaca la interferencia de la actividad humana en la biosfera a escala mundial, una destrucción masiva de hábitats en la zona costera, aportes excesivos de nitrógeno y materia orgánica al mar, así como los impactos del cambio climático, que están aumentando las temperaturas de las zonas templadas, lo que produce la llegada de especies invasoras marinas a un ritmo de 50 kilómetros por década.

«Una sola proteína extraída de los volcanes submarinos se puede usar en el proceso de producción de biocombustibles y generar derechos de usos de patentes de 150 millones de dólares al año»

Todo esto produce "efectos perversos" como la 'acidificación' del océano, es decir, una mayor concentración de CO2 que hace que el agua sea cada vez más ácida. De todos estos efectos, los científicos hacen "dos serias advertencias", según Duarte. Una de ellas es la expansión de las zonas muertas del océano a escala global, "bolsas de agua con menos oxígeno que impiden mantener la vida de animales", indicó Duarte, quien señaló que estas bolsas están creciendo "a un ritmo del 5 por ciento anual desde los últimos diez años".

«Colapso de la placa de hielo del Artico»

La segunda advertencia es el "colapso de la placa de hielo del Artico, que está comprometiendo toda la diversidad de esta zona, que puede generar efectos dominó en cascada en el resto del planeta", añadió Al ser preguntados por los efectos de la sobrepesca en todo el mundo, los organizadores del Congreso explicaron que la comunidad científica "lleva años clamando para que las naciones del mundo sean capaces de desarrollar una estructura operativa de regulación del esfuerzo pesquero en aguas internacionales, ya que en los océanos no existe propiedad privada", indicó Duarte.

"Pero esto no funcionará si no se implica a los propios pescadores en la gestión de esos recursos".
En esta línea consideró "importante" dar a estos pescadores una responsabilidad para que garanticen la sostenibilidad de sus acciones "porque son ellos los que van a sufrir los impactos de la pérdida de esos stocks" Duarte avanzó que sobre este aspecto tratará una de las ponencias del Congreso, con la presencia del profesor Juan Carlos Castilla, que ha desarrollado en Chile el concepto de 'concesiones', en el que las cuotas pesqueras no son fijadas por los políticos sino por los propios pescadores. "Esta experiencia ha resultado ser un éxito tremendo", indicó. Están aumentando las temperaturas de las zonas templadas, lo que produce la llegada de especies invasoras marinas a un ritmo de 50 kilómetros por década.

Por su parte, el coordinador de MafBEF, Carlo Heip, aseguró que hace 20 años "pensábamos que el océano era demasiado grande para poder ser dañado por la actividad humana, pero cada vez más vemos impactos a gran escala y una situación que se aproxima al colapso en las pesquerías a escala global, así como pérdidas de ecosistemas en el Artico o en los arrecifes de coral".

Por este motivo, consideró "necesario" impulsar la investigación para "facilitar los mecanismos que permitan conservar los océanos, aunque previamente hay que conocerlos en profundidad". Así, Heip aseguró que el motivo último de este Congreso es "impulsar este mayor conocimiento, pero sobre todo darlo a conocer a la sociedad para que sea cómplice de nuestro objetivo".

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8 de noviembre de 2008

MAS ALLA DEL CANON

MÁS ALLA DEL CANON


La importancia de los recursos naturales renovables y no renovables adquiere, en un escenario de crisis y de la globalización, una perspectiva que le permite plantear al Estado un aumento del margen de su participación proveniente de su explotación. El control y el acceso a estos recursos y a sus utilidades financieras, que son vitales para el país, merece verse en una nueva perspectiva.

En un contexto mundial en el que la globalización impone altos costos, intolerables a veces, la posesión de reservas energéticas, la potencialidad de producción de alimentos a gran escala y una importante reserva de materias primas, constituyen un factor estratégico de poder que debe considerarse a la hora de planificar opciones estratégicas de desarrollo para el país. Más aún para un país emergente, con carencias y tratando de salir del subdesarrollo, pero con potencialidades en términos de recursos naturales.

El control y la explotación de nuestros recursos naturales renovables y no renovables, merecen replantearse con el objeto de que el Estado participe de los beneficios económicos de su explotación en mejores términos.
Existe una necesidad estratégica de asumir nuevas responsabilidades, en base a una nueva visión, en relación a lo que está pasando a escala mundial cuando se habla del control de recursos naturales que son críticos para la supervivencia del país. El incremento del intercambio comercial, el más acelerado crecimiento de las economías de los países, la liberalización y apertura de los mercados, han provocado la profundización de una dinámica que liga la seguridad con el avance económico, expresado no sólo en términos de intensificación de la optimización productiva, sino también, en función del control de recursos naturales renovables y no renovables que son conceptualizados como verdaderos ‘intereses nacionales vitales’ para la supervivencia de las comunidades humanas. En todo ello, el factor económico de poder asume un rol de primer orden.
La cuestión nos remite al peligro de la escasez de los recursos, lo cual está vinculado, indudablemente, al tipo de explotación predatoria que puede estar afectando a la pesquería nacional. Algunos recursos clave como la anchoveta, podrían estar siendo extraídos con una rapidez y en cantidades que pueden poner el riesgo todo el ecosistema marino de Humboldt. Aquí hay cuestiones relacionadas con la futura disponibilidad de los recursos, los daños provocados al medio ambiente y las responsabilidades políticas en todo ello.

Las zonas marítimas costeras son áreas estratégicas por los recursos pesqueros y la posible existencia de yacimientos de hidrocarburos.

Desde hace tiempo la comunidad pesquera está más preocupada e interesada en los problemas asociados a la sostenibilidad y el incremento de las capturas en relación a las capacidades de renovación y sostenimiento de los recursos, al impacto sobre el ecosistema y a los costos medioambientales vinculados con su explotación cada vez más intensiva. Se ha aceptado como definición de desarrollo sostenible aquel progreso que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. El uso de recursos que, sean o no renovables, siempre plantean problemas ligados a su preservación, al cuidado del medio ambiente, al crecimiento económico, o al uso más intensivo de tecnología de forma de tornar más eficiente su explotación.

Los recursos ícticos ingresan como insumos a la producción. El mar y los espejos de agua también tienen funciones de receptáculos de los productos inutilizables de la producción y el consumo y reciben desperdicios generados por la actividad pesquera. De cómo estos bienes interactúen con el resto, es decir, con los bienes humanos, sociales, productivos y de conocimiento, dependerá que se alcance o no un relativo grado de desarrollo integral y sostenible.

Tiene que haber límites al crecimiento debido a la profundización de las externalidades negativas vinculadas al agotamiento cada vez más crítico de las fuentes de recursos ícticos del país, en especial los capturados por la pesca artesanal que cada vez tiene mayores dificultades en encontrar cardúmenes que antes se hallaban más fácilmente a su alcance.
El marco normativo debe imponer reglas y normas regulatorias que hagan posible el usufructo racional de los recursos en coincidencia con prácticas de sostenibilidad que impidan la apropiación depredadora de los bienes naturales y no sólo en términos de agotamiento de fuentes y contaminación, sino de transferencia de renta de los recursos en toda la cadena de producción de los mismos.

Aprovechar las rentas provenientes de los recursos para beneficio del país estimula la cohesión social y el desarrollo.
Si este proceso es bien gestionado, con políticas adecuadas que privilegien el bien común, puede desempeñar un rol crucial en el fortalecimiento de las capacidades del país.
La participación del país en las utilidades que genera el sector pesquero es tan pobre que representa nada menos que el agotamiento de un modelo de manejo que se ha revelado ecológicamente depredador, socialmente perverso y políticamente injusto .

La disminución de las poblaciones de peces se ha acelerado al compás del aumento de las inversiones y del incremento de pescadores artesanales contraviniendo elementales principios de conservación, precaución, uso racional y sostenible del recurso y calidad en el tratamiento del medio ambiente. Tan crítica puede ser la situación que no se dispone de una encuesta actualizada que muestre con precisión la cantidad de pescadores y embarcaciones artesanales existentes para evaluar en su justa dimensión de que tamaño es el esfuerzo pesquero que se viene aplicando sobre el ecosistema marino peruano.

Es necesario encarar un uso sostenible de los recursos pesqueros, así como también, la posibilidad de evitar las externalidades negativas vinculadas con la explotación económica de los mismos.
El escenario plantea desafíos en materia de seguridad ambiental y alimentaria, entre otras amenazas posibles. Necesitamos conservar nuestros recursos pesqueros y su productividad para las futuras generaciones.

En este entorno tiene un rol esencial la educación.
Es importante tener en cuenta que la ecuación de poder político real de todo Estado, es la resultante de la aplicación de políticas de Estado que deben ser ejecutadas por la administración. Las decisiones políticas, en un sistema democrático, se sustentan en el derecho que concede el pueblo con su voto a las autoridades políticas para administrar en beneficio del país.
Para viabilizar esta concepción se necesita fomentar mediante la educación, una auténtica conciencia de cultura pesquera y de sostenibilidad ambiental. Es deber del Estado prestar preferente atención al desarrollo de un modelo educativo que tenga como principal público objetivo no solamente a las comunidades de pescadores, sino a las poblaciones costeras, lacustres y fluviales. Es preciso crear conciencia social sobre el cuidado que debe darse a los recursos ícticos y al ambiente. Este estado de conciencia social es crucial ya que, solo a partir de la existencia de una planificación integrada sobre la base de un diagnóstico realista, se podrá proteger efectivamente el potencial pesquero que posee el país.

Es necesario prestar atención a lo que significa plantear la explotación de los recursos pesqueros y la tributación justa para garantizar una adecuada participación de la sociedad en la renta proveniente de esos recursos naturales.

Es necesaria por parte del Estado la regulación y, más aun, su participación concreta como actor económico en un área en la que se trabaja con activos cuya explotación está sujeta a una decisión intertemporal de uso. Esto significa que si el gobierno limita su explotación en determinado año, por ejemplo, ello no impide que al año siguiente se lo haga. La decisión de hacerlo hoy o mañana en realidad depende de como se ponderen las funciones de utilidad de la presente y futura generación, pues el recurso es agotable y, por lo tanto, que se lo aproveche hoy significará necesariamente poder aprovecharlo mañana y viceversa.

Si aspiramos a la soberanía y seguridad alimentarias se necesita una pesquería que produzca, en primer lugar, alimentos variados, sanos y accesibles para su población y, en segundo lugar, para las oportunidades del mercado externo.
La concentración de la propiedad y el deterioro de los ecosistemas, asociado a un patrón productivo depredador, involucran cuestiones vinculadas a la cohesión económico-social del país, a la existencia de un ecosistema equilibrado, y a un ordenamiento que pueda diseñar un uso racional, eficiente y sostenible de los recursos.

El interés nacional, entendido como la defensa del bien común, impone políticas que puedan cuidar los recursos pesqueros para las generaciones futuras y que le den a la sociedad una adecuada participación en las ganancias que obtienen quienes se ven beneficiados por una concesión de explotación de un bien común patrimonio de toda la nación.

Es necesario analizar la problemáticas del manejo sostenible de los recursos pesqueros en el marco de una visión de la globalización, un escenario cualitativamente diferente al de épocas pasadas, debido, básicamente, a la presencia de fenómenos de deterioro del medio ambiente, degradación de los recursos naturales renovables y no renovables y crecimiento de la población, a lo que se suma el interés de las grandes potencias y los conglomerados multinacionales por hacerse con el control geoestratégico de regiones abundantes en recursos.

La protección de nuestros recursos solo pueden materializarse a partir de la existencia de un poder político que establezca planes de largo plazo y optimice el funcionamiento del aparato estatal. Al mismo tiempo que reestructure la participación del país en la rentabilidad del negocio en una proporción justa, que compense el impacto que la explotación de los recursos pesqueros causa sobre el ecosistema y sobre el ambiente.

1 de noviembre de 2008

EL CANON

EL CANON



En los últimos días, a raíz de los infaustos sucesos ocurridos en Tacna derivados del manejo del canon minero, algunos congresistas han expresado públicamente que el cálculo del canon no debería estar vinculado al impuesto a la renta por tratarse de una compensación por la explotación de recursos naturales no renovables.
Es una opinión interesante y bastante acertada, aunque no se dice cuál sería la fórmula de cálculo más adecuada.

Sin embargo, como es usual, nada se dice del canon pesquero. Este pasa desapercibido generalmente pero tiene una problemática bastante similar. En este caso el canon tiene dos fuentes de financiamiento: el 50% del impuesto a la renta de las empresas del sector y el 50% de la recaudación por derechos de pesca.

Los derechos de pesca tienen un tratamiento distinto según el recurso, siendo la anchoveta el más importante. Los derechos de pesca de anchoveta obedecen a una fórmula que ha sido expuesta en esta misma columna en otros artículos por lo cual sería repetitivo decir lo que ya está escrito. Sin embargo en los últimos meses se introdujo una nueva variable que está expresada en la primera disposición final del DL 1084 por el cual se congela por 10 años la tasa que se paga actualmente.
Por otro lado cuando se analiza la distribución del canon pesquero se aprecia que hay municipalidades que reciben menos de 100 soles por este concepto.
También se ha comentado varias veces que el impuesto a la renta con el cual contribuye el sector es bastante pobre en relación a sus ventas totales.

Por tanto, dado que los problemas del sector minero en cuanto a canon están siendo puestos sobre el tapete, sería oportuno también introducir el tema del canon pesquero en el debate a fin de poder ofrecer nuevas alternativas de cálculo que sean más justas y beneficiosas a los intereses del país.

Si la minería es importante por su contribución a la economía nacional, la pesquería lo es doblemente porque adicionalmente representa una fuente de proteínas para la alimentación de un país con un alto índice de desnutrición.

Los últimos meses han consumido al sector en críticas y alabanzas al DL 1084. Es tiempo de dejar de lado tanto tiempo en un solo tema puntual y concentrar el debate en el diseño de una política de Estado pesquera para el largo plazo. Es tiempo de hablar de seguridad alimentaria, de soberanía alimentaria, de aplicación de un enfoque ecosistémico y sobre todo hablar de tributación, de derechos de pesca y de la participación del país en la riqueza generada por la industria pesquera.